Entre el Cine y la Política

La Bisagra del Cine funcionará como articulación entre el lenguaje cinematográfico y el discurso político. Intentaremos identificar qué ética y estética maneja cada realizador, para descubrir cuál es su concepción ideológica y cómo la presenta en cada una de sus obras.
Pretenderemos así, que el espectador pueda captar, a través de los aportes críticos publicados en el blog, ese nexo o bisagra entre el arte audiovisual y el mecanismo de difusión política.

viernes, 18 de julio de 2008

Ensayo crítico: trayectoria

Del Cine de Liberación al Cine de Enseñanza
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Los años pasan: las personas cambian y sus ideas evolucionan (o involucionan). Pero siempre mantienen una ideología, con mayor o menor fidelidad, con más o menos matices. En los directores de cine este proceso es más palpable ya que se puede observar, recorriendo y desmenuzando cada una de sus obras, qué ética y estética manejaron en su trayectoria. ¿Hay una línea bien marcada en un hombre que ha pasado las últimas cuatro décadas de su vida analizando, en un cine políticamente comprometido, la historia general de un país con los vaivenes que eso supone?
Fernando Ezequiel Solanas nació en Olivos en 1936 y se formó políticamente junto a hombres como Raúl Scalabrini Ortíz, Arturo Jauretche y Juan José Hernández Arregui. Fue amenazado por la Triple A y baleado con seis tiros en las piernas por un pistolero luego de acusar, al por entonces presidente Menem, de estar al frente de una “banda de delincuentes que está saqueando el patrimonio público”. Ejerció el cargo de Diputado de la Nación y se postuló para presidente en el 2007 por el Partido Socialista Auténtico cosechando el 1,60 por ciento de los sufragios. “Analizo y doy mi punto de vista, por eso lo firmo. He tratado de mantener coherencia y compromiso en mis cintas, pese al exilio, a la persecución…”1, sostiene.
Hoy Pino Solanas tiene 72 años y más de una de docena de producciones en su haber. Luego de realizar algunos cortometrajes, en 1968 crea, junto a Octavio Getino, su ópera prima: La hora de los hornos. Es bien sabido que las primeras obras de los directores definen de modo contundente la línea ética y estética que desarrollará a lo largo de su carrera artística, pero en este caso ¿qué significó este film cumbre en el cine en Pino? ¿Cómo influyó en sus obras posteriores La hora de hornos? ¿Qué modificó, qué descartó y qué mantuvo?
La hora... es una trilogía documental que habla sobre el neocolonialismo, la violencia en el país y la necesaria liberación de América Latina. Lo más innovador no sólo fue que se realizó en 16 mm, sino que se filmó clandestinamente durante la dictadura de Onganía.
En una entrevista Pino aseguró: “La Hora de los Hornos fue un ensayo, un cine de investigación que tenía como objetivo exponer un tema, como lo hace un ensayo sociológico, económico o político, que plantea un tema y lo analiza2". La hora... pretendía ser una misión política y vaya si lo fue.

Actos de liberación a toda hora

El film marcó un verdadero cine de protesta, de denuncia, e impulsó a Solanas a fundar el grupo Cine de Liberación junto a Getino, Gerardo Vallejo y Edgardo Pallero en 1969. Produjo una revolución intelectual y estética en el cine argentino, no sólo por el compromiso político, sino por el divorcio que estableció con los esquemas estéticos heredados del cine norteamericano.
Los jóvenes fundadores de este movimiento combativo y reflexivo realizaron un manifiesto titulado "Hacia un tercer cine", que analizaba las nuevas relaciones entre cine y política con claros objetivos de contrainformación, toma de conciencia y cambio social, luchando incesantemente por la integración latinoamericana y la independencia económica. Alfredo Marino, especialista en cine, destacó sobre el movimiento: “tanto en los años ‘60 como en la actualidad, la característica es la de la carencia y de eso se hizo oportunamente una estética. Alejarse de la perfección del cine de Hollywood, al mismo tiempo de ser una obligación es una necesidad para poder expresarse libremente3".
En 1975 Solanas realiza Los Hijos de Fierro, el primer largometraje de ficción que lo marcó profundamente: Julio Troxler, uno de sus actores que interpretaba al Hijo Mayor, fue secuestrado y asesinado. Ante este acontecimiento y la llegada de la dictadura, Pino decide irse del país.
Se establece en Francia, donde realiza en 1980, el documental La mirada de los otros. El film que significó para Solanas “una de las experiencias más ricas de mi vida y una de las que más me confrontó con el dolor”4 reúne veinte confesiones reveladoras sobre la vida cotidiana de diferentes discapacitados. Pino reduce al máximo su participación en el film, integra la cámara y utiliza un lenguaje despojado, con imágenes en primeros y medios planos de los personajes.
Con el regreso de la democracia vuelve a Buenos Aires y ya sin censura trabaja en un cine para público masivo. En 1985, realiza la ficción El Exilio de Gardel una obra optimista, influenciada probablemente, por el fervor que le supuso la vuelta al país.
Tres años después produce Sur y en 1992 dirige la ficción El viaje, una película que cuenta la odisea de un adolescente llamado Martín que realiza un viaje en bicicleta desde Ushuaia hasta Oaxaca (México) en busca de su padre. Sur y El viaje fueron un punto de inflexión en la perspectiva cinematográfica de Solanas: luego de estos dos films, su obra deja a un lado la utopía, la ensoñación y la ficción para volverse más cruda y real. Para esas alturas ya había decidido que su trabajo comenzaría a describir la corrupción del país llevada a cabo por la administración de Menem.
Miguel Frías le preguntó en una entrevista qué estética manejó en los noventa a lo que el director respondió: “busqué elementos que expresaran lo peculiar argentino. Y llegué a lo grotético: un patetismo que mezcla el grotesco, la tragedia, la sátira. El final de De la Rúa y la vuelta de Menem son grotéticas. Además, llegué al humor cínico, tan argentino”5.

El fin de la ficción

En el 2002, Solanas empezó a trabajar en Afrodita, el sabor del amor, una ficción que tenía como protagonista a Cecilia Roth pero la obra quedó inconclusa: el Cacerolazo del 19 reavivó el germen del aquél joven militante, fundador del movimiento de Liberación. “Basta de ficción” se dijo; tomó una cámara digital y salió a la calle: "entre varios proyectos, tenía la idea de volver a hacer un gran testimonio sobre la Argentina, de filmar una suerte de continuación de La hora de los hornos. Pero era algo difuso, en medio de los chatos años de la Alianza"6, confiesa.
Esas imágenes tomadas durante la caída de De La Rúa conformaron lo que hoy es Memoria del saqueo, estrenada en el 2004, que junto a La dignidad de los nadies y Argentina Latente conforman una saga de documentales reflexivos y con neta vocación pedagógica. Pino destacó: “el público quiere y necesita comprender lo que pasa en el mundo que lo rodea. El filme es un acelerador de cuestiones que no se debaten por temor. Ninguna imagen, por rica que sea en sí misma, puede dar toda la información de lo que está pasando. Al recolocar las imágenes en su contexto real y dotarlas de toda su información, toman otro significado"7.
En La dignidad de los nadies (2005) hay historias y testimonios conmovedores de la resistencia social en la Argentina frente al desempleo y el hambre. El director continúa con la misma ética que en Memoria… (voz en off primera persona, tono sentencioso y frontal, música elocuente y protagonista), pero cede el film a estos personajes anónimos que sufren la crisis, a los “nadies”.
Solanas divide el documental en capítulos y emplea como introducción para cada uno de ellos coplas gauchescas que remiten a Los hijos de Fierro. También utiliza carteles en blanco y negro, placas contundentes y un montaje muy similar al de La hora...
En el 2007 estrena Argentina Latente, el film más optimista y esperanzador de toda la trilogía. Hugo Fernando Sánchez asegura: “si La hora... era claramente un film que abrevaba en el final de los convulsionados sesenta, si Memorias del saqueo hacía un recuento de las políticas liberales, desde el comienzo de la última dictadura hasta la caída de Fernando de la Rúa, y La dignidad de los nadies contaba los caídos, los que se habían quedado afuera en el feroz esquema del sálvese quien pueda de los noventa, aquí, con Argentina latente, hay un mensaje esperanzador de alguien que ve signos de recuperación”8.
La saga de documentales no terminará con Argentina…: actualmente está en postproducción Los hombres que están solos y esperan, un film que pone la lupa sobre los servicios públicos, en particular los trenes, y La Tierra Sublevada, que hablará sobre el saqueo de los recursos naturales en nuestro país.

Lo de ayer, lo de hoy, lo de siempre

Definitivamente el patrón ético y estético que maneja el Pino de hoy encuentra su esencia en La hora… (con algunos pequeños cambios que encuentran su justificación debido al contexto histórico y al avance de la tecnología). El director asegura: “quería continuar la búsqueda del filme-ensayo, histórico-ideológico, que ya había trabajado en mi primera película "La hora de los hornos". La división en secuencias o capítulos, así como el uso del negro de títulos y grafismos que favorecían la unidad formal de la obra. (...) El uso expresivo de los títulos remarcando las ideas; el apoyo de efectos sonoros; la banda musical del talentoso Gerardo Gandini con leit motifs recurrentes que ligan temas y secuencias; los travellings cadenciosos en grandes planos generales; y el uso de ópticas gran angulares, son otros de elementos que dan unidad estética a la obra"9.
En la trilogía de documentales Pino pone su voz al relato, sombría y directa, para dar mayor contundencia a lo que piensa, y es que, a diferencia de La hora… esta vez cuenta un período de la historia que vivió y denunció: la corrupción de la época menemista y las políticas neoliberales. Jorge Bernárdez destaca: “lo que en el Solanas de los setenta era búsqueda de un debate de las bases (de hecho, algunas de las cosas que hizo en esa época estaban preparadas para prender las luces y debatir lo que se estaba viendo), hoy ha devenido en lección de maestro de escuela con tono sentencioso. La duda revolucionaria dio paso al didactismo"10.
En el cine de Solanas no hay sucesión de imágenes sino emoción, reflexión y pausa. No busca el entretenimiento o la acción, sino que tiene el objetivo de mostrar algo más, de conectarse profundamente con los temas que hacen al país que tenemos hoy. Denuncia, analiza, relaciona, da voz a los silenciados y hasta plantea soluciones. Como él mismo afirma: “mis películas tienen vocación histórica y vocación didáctica. Pero al mismo tiempo, no me he olvidado de hacer cine, trato que como película sea agradable, grata, esté bien hecha, impacte estéticamente al espectador (...) Son películas en las que la música juega mucho. El lenguaje es siempre un instrumento estético, de lo contrario, no existiría la poesía. (…) Mi cine no es estetizante, como dicen algunos. Está bien escrito” 11.

Por Josefina Pagani





1 Entrevista realizada por Juan José Olivares. En http://www.jornada.unam.mx/2008/03/13/index.php?section=espectaculos&article=a12n1esp [16/07/2008].

2 En http://www.elsuplemento.com/cms/content/view/1661/44/ [14/07/2008].

3 Entrevista realizada por Jairo Straccia, “Una estética de la carencia”. En http://www.segundoenfoque.com.ar/estetica_carencia.htm [16/07/2008].

4 Sitio Oficial de Pino Solanas. En http://www.pinosolanas.com/la_mirada_otros_info.htm [16/07/2008].

5 Entrevista realizada por Miguel Frías. 15 de julio de 2002. En http://forums.iagora.com/posts.html::message_id=115954 [16/07/2008].

6 Ibidem.

7 En http://www.comohacercine.com/articulo.php?id_art=1111&id_cat=2 [16/07/2008].

8 Hugo Fernando Sánchez. En http://www.subjetiva.com.ar/view_article.php?id=1276 [16/07/2008].

9 En http://www.comohacercine.com/articulo.php?id_art=1111&id_cat=2 [16/07/2008.]

10 Jorge Bernardez. En http://www.subjetiva.com.ar/view_article.php?id=546 [16/07/2008].

11 Entrevista realizada por Héctor R. Carignano. En http://www.pensarelpais.com.ar/paginaspensar/solanas.html [16/07/2008].

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